Se trata de la primera granja en alcanzar de modo integral la certificación en décadas. Contó con el apoyo de MAPO, técnicos del INTA y Senasa.
e realizó la presentación oficial del único emprendimiento en el país que produce pollos certificados Cocorokeen, situado en la localidad bonaerense de Carlos Keen, partido de Luján. Desde el Ministerio de Agricultura destacaron la importancia de seguir apoyando el posicionamiento y promoción de alimentos diferenciados que cuenten con certificaciones oficiales de calidad, como el caso de los productos orgánicos.
GRANJA ORGÁNICA. La granja productora de pollos orgánicos certificados Cocorokeen de Darío Ortíz, posee un amplio sector de 5 mil metros cuadrados cubierto de malla antipájaros para que las aves pueden andar libremente. Además cuenta con un molino para procesar el alimento balanceado con las características requeridas para este tipo de emprendimiento.
El tiempo promedio de crianza es de 84 días, mientras que las producciones convencionales cuentan tienen un ciclo más corto de producción.
El establecimiento cuenta con 300 pollos camperos de 60 días de crianza de prueba, con genética campero argentino que serán faenado en un mes. Prevén una producción inicial de 4.800 pollos orgánicos cada dos meses.
ANTECEDENTE. Hubo un establecimiento pionero en producción aviar orgánica entre los años 1991 y 1998 denominado «La Recordación», que estaba emplazado en el partido de General Rodríguez, provincia de Buenos Aires.
De la actividad participaron la directora de Porcinos, Aves de Granja y no Tradicionales, Karina Lamelas y del área de Producción Orgánica de la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía del Ministerio, Facundo Soria, y Silvina Ferreyra. También estuvieron el coordinador del área de Orgánicos del Senasa, Juan Carlos Ramirez; el director de Medioambiente del Municipio de Luján, Corino Griffini; profesionales del INTA; y representantes de MAPO y del sector.
ORGÁNICOS. La producción orgánica, ecológica o biológica, regulada por la Ley 25.127 del año 1999, constituye una importante estrategia de diferenciación y agregado de valor que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca promueve, debido a que este sistema productivo y su mercado nacional y mundial representa una oportunidad valiosa para nuestro país dadas sus óptimas condiciones agroecológicas, variedad de climas y fertilidad natural de sus suelos.
Un producto para recibir la denominación de orgánico debe contar con el sello de la empresa certificadora que avala, que durante su producción/elaboración se cumplió con los requisitos establecidos en la Legislación Nacional (o de destino si se exporta). El Senasa se desempeña como la autoridad de aplicación y fiscalización en el cumplimiento de este requisito.
Argentina cuenta con 3,6 millones de hectáreas certificadas y se ubica en segundo lugar en el ranking mundial en materia de producción orgánica, después de Australia. Además tiene 1.590 operadores certificados; 217.000 hectáreas destinadas a la producción vegetal; 80.877 hectáreas cosechadas; más de 165 mil toneladas exportadas y un mercado interno en pleno crecimiento. De modo que este sistema productivo, diferenciado y sustentable, representa actualmente una alternativa sostenible que agrega valor a las pymes agroalimentarias.